Pero a veces desde el deseo hasta la realizacion
hay un camino largo. Y así era en mi caso tambien. Nunca me parecia el tiempo
adecuado para hacerlo. “Tengo que terminar mis estudios, tengo que encontrar un
trabajo, ahora tengo un trabajo y no puedo” ... siempre tenía un monton de
razones para no hacerlo. Pero el deseo quedaba. Hasta que un día me puse a
pensar de mi vida y descubri que es verdad que tengo muchos amigos en mi país y
en mi ciudad. Es verdad tambien que allí tengo toda la familia y que vivo una
vida bastante comóda. Pero todavía me faltaba algo. Mi inquetud no me dejaba
tranquila. Tenía un trabajo que no me gustaba y estaba con muchas ganas de
probar cosas nuevas, ver lugares interesantes, conocer otra gente y descubrir
una cultura nueva.
¡Era tiempo para hacer algo! Algo para llegar
a ser una voluntaria europea. Tenía suerte para tener una amiga que lo ha hecho
antes, entonces podría apoyar me bastante a ella. Despues de escuchar todos sus
aconsejos mi primer paso era buscar una orgnaización de envío. Como dedicaba
mucho de mi tiempo libre a trabajar con jóvenes en la organización de scouts,
ya tenía el idea adonde buscarla.
Como sospechaba, no había ningun problema. Al
contrario – en la organización estaban entusiasmados con la idea, que pueden
cooperar conmigo y enviar una voluntaria al extranjero.
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